21.10.08
LO IMPORTANTE ES EL CAMINO
FUENTE: EL DIARIO 21/10/08
El tipo explotó en llanto en el centro de la cancha apenas terminado el partido. Tenía una tristeza que contagiaba. «Necesitábamos este título. Era para los chicos. Para poder completar tanto esfuerzo y para que las divisiones inferiores se entusiasmen. Pero se nos escapó», me dijo sin consuelo el co-entrenador.
Me sorprendió su espontánea expresividad. Aunque fue un desahogo para él. Ahí nomás lo abracé y traté de consolarlo a pesar de mi menor edad. Y encontré un rápido argumento gracias al legado del rugby, un deporte ejemplar.
Lloraba como un chico, aunque también es cosa de hombres llorar. Sus lágrimas parecían hablar. Denotaban esfuerzo, sacrificio, entrega y elevadas ambiciones generadas por la pasión de un juego muy particular.
La tarde empezaba a caer y el campeonato acababa de finalizar. Atrás quedaba una temporada esforzada, plagada de sueños y duros entrenamientos desafiando la adversidad.
La pasión de este hombre se trasparentaba en el brillo de sus ojos ahora humedecidos por la situación. En los surcos de su cara y el sollozo de una voz extenuada ya sin fuerzas para hablar. Me estremeció su llanto y me generó compasión. A su pequeño club, el más humilde de la ciudad, se le había escapado una gran oportunidad. Perdió el campeonato provincial en una digna final.
Él se creía con las manos vacías sin darse cuenta que había conseguido cosas mucho más valiosas que el simple hecho de ganar. Es que no todo se reduce a la conquista suprema a la que sólo uno puede llegar. El título no es más que una meta que sirve de guía para plasmar el crecimiento en el andar. Allí está la verdadera conquista: en caminar a piso firme con la convicción de saber que se gana a diario inculcando valores y enseñanzas bajo el pretexto de jugar. Eso le traté de explicar.
Alamo acababa de perder la final. No logró el título, pero atesoró un gran triunfo
19.10.08
CRECER CON PERSONALIDAD
Hablar de deporte, es hablar de cuerpo sano y mente sana.
Hablar de rugby es hablar de una forma de crecer, en el respeto, en el compañerismo. Es una forma de modelar y templar el espíritu con nobleza y dignidad.
¿Cuales son los comportamientos adecuados que como padres debemos ejercitar?
Fundamentalmente comprender que nuestros niños y jóvenes poseen una visión y una actitud completamente diferente a la visión y actitud adulta. Ellos son de noble entrega, no cambiemos con palabras egoístas sus sentimientos claros y desposeídos.
Entender que el club no es un depósito de personitas que van a ser cuidadas por el entrenador, es asumir con responsabilidad las acciones futuras de nuestros hijos, entendiendo que el club es el lugar geográfico con fuerte contención física y espiritual que los entrenadores y colaboradores brindarán a nuestros hijos para la adaptación de los grupos. Por lo tanto es fundamental acompañarlos compartiendo con otros padres en idéntica situación.
Colaborar en la organización de eventos, atención del tercer tiempo, traslados a otros clubes y recibir en nuestros hogares jugadores de otros sitios, es acompañar la adaptación e integración de nuestros hijos. Pero por sobre todas las cosas inculcar el sentido de pertenencia que manejarán sus vidas futuras como integrantes de un club en la sociedad que lo acoge.
Contener con acciones y palabras despojadas de egoísmos la vida de relación de ellos como jugadores y amigos, observando sus comportamientos como partes activas de la comunidad del club, haciéndoles sentir que estamos en todo momento. Es decir… todo momento significa éxitos y fracasos.
Comportarnos nosotros los padres como buenos espectadores durante las disputas de los partidos sin gritos blasfemos ni palabras soeces donde juegan o no nuestros hijos. Entendiendo a la vez que la palabra del referee es la única con decisión dentro de la cancha y que equivocado o no debe ser respetada.
El rugby necesita de los padres y de la familia como base fundamental de la sociedad, actuando con actitudes generosas, respetando y aceptando criterios diferentes de quienes manejan a nuestros hijos y finalmente entendiendo que los verdaderos protagonistas son los jugadores, sean o no nuestros hijos.
Mirar como “norte” y meta final que nuestros niños jugando en infantiles, juveniles o mayores crucen sus años viviendo etapas, fortaleciendo amistades, forjando sueños y esperanzas con la fuerza del pensamiento positivo.
Aceptemos el desafío de ser padres concientes de nuestra labor ayudando a construir un futuro digno y disfrutable.
¡Si es así bienvenidos!!!
Jorge Nasazzi, Oficial Nacional UAR
8.10.08
ADOLESCENTES Y DEPORTE
Marcelo Roffé*
Nelly Giscafré**
Alfredo Fenili***
mroffe@sion.com
Psicólogos del Deporte
*Psicólogo de la Selección Argentina Juvenil de Fútbol
**Psicóloga de la Selección Argentina de Hockey, Las Leonas
**Psicólogo del Club de Amigos
(Argentina)
Extraído de los capítulos 2 y 3 del libro "Mi hijo el campeón: las presiones de los padres y el entorno"
Lugar Editorial (2003 1ª edición, hoy ya publicada la 2ª edición), con prólogo de José Pekerman
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 79 - Diciembre de 2004
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De los 3 a los 13 años, amé cada minuto que pude jugar, y eso se lo debo a mi padre. El tiene mucho que ver con mi éxito actual...pero en la adolescencia sentía que mi padre ponía muchas expectativas en mí. Nuestra relación se basaba exclusivamente en el tenis. Yo quería que el fuera mi papá, no mi entrenador".
André Agassi. Clarín, 29-1-01
"Éramos demasiado ansiosos y autoritarios...nos esforzábamos demasiado... lo abrumábamos...lo corregíamos constantemente... esperábamos demasiado de él... no lo dejamos ser niño...".
Con frecuencia los padres se sienten culpables de los malos momentos que les hicieron pasar a sus hijos (las cosas que hicieron o no hicieron, las cosas que dijeron o no dijeron) y que posteriormente reconocen y lamentan (pág. 198 y 199 del libro "Padres e hijos").
Si como padres sentimos que no los dejamos ser niños: ¿qué adolescentes derivarán de esos niños?, ¿Cómo condicionamos su crecimiento futuro?, y ¿qué lugar positivo puede ocupar el deporte en ese camino de crecimiento?
Adolescencia deriva del verbo adolescer. Adolescer significa sufrir. Y sufrir es crecer. Sufriendo se forma el carácter y se pule la personalidad.
La adolescencia es el puente comunicador entre la niñez y la vida adulta, entre la dependencia y la independencia, entre la necesidad y la autoestima.
La adolescencia es también una etapa de "transición" comúnmente denominada "la edad del pavo".Y siguiendo a Francoise Dolto "si mientras son vulnerables reciben golpes, quedan heridos para siempre". Este estado de debilidad que deben atravesar puede llevarlos a estados depresivos, paranoicos o simplemente, a realizar actos de agresión gratuitos. "En estas crisis, el joven se opone a todas las leyes, porque le ha parecido que alguien que representa la ley, no le permitía ser ni vivir". ¡Ni más ni menos que la rebeldía!
En el plano de las emociones, dijimos, predomina la inestabilidad y la labilidad. A veces parece de una manera, a veces de otra. Puede cambiar sus conductas en un día, en horas, en minutos: ¿quién soy?, ¿qué quiero hacer?, ¿adónde voy? En ese plano, por momentos confesional, en la búsqueda de una verdad, puede aparecer el deporte.
Marcelo Roffé, Nelly Giscafré, José Pekerman (DT Selección Argentina de Fútbol), Marcelo Gantman (periodista) y Alfredo Fenili
Presentación del libro en el Club de Amigos, Buenos Aires, mayo de 2003
Pero, ¿qué deporte?: deporte de equipo o individual, recreativo o competitivo, para sentirse bien o para ganar. El deporte que seas capaz de hacer.
Hay personalidades (aún conformándose), más dispuestas al deporte de equipo y están las otras. En ese camino de sufrimiento, de angustia, de altibajos aún con los matices propios de cada edad (12 años es diferente de 18 y 14 de 16), el deporte nos puede conectar con el placer y con el disfrute, con el ocio creativo, con la salud física y mental, con la pertenencia a un equipo. Nos permitirá desarrollarnos como personas, sintiéndonos útiles. No es una solución mágica ni un milagro, pero ayuda a prevenir males como el acceso a las drogas "sociales", a la pérdida de valores, al ocio improductivo (como la adicción a la computadora), al alcoholismo, a las malas juntas.
Ahora bien, si el deporte competitivo o de alto rendimiento te agrega estrés, presiones, ansiedad y angustias, que como adolescente no podés controlar, estamos en la misma. Fuimos de Guatemala a Guatepeor.
Por eso buscarás el deporte que seas capaz de hacer, en el nivel que te sientas cómodo, sin mayor anhelo que un momento de placer.
La edad adolescente conlleva los típicos cambios y los altibajos de un sujeto que está conformando y definiendo su personalidad y carácter.
Esto tiene consecuencias inevitables y variables en la performance de un deportista de alto rendimiento, al punto que sus entrenadores creen desconocer al jugador o atleta que habían elegido o convocado.
Esta "labilidad" puede producir fastidio y elevar los grados de irritabilidad de padres y maestros, quienes de no estar advertidos de esto, lo "culpabilizan" en muchas ocasiones.
El enojo de los padres se relaciona directamente con los propios ideales, no alcanzados por los hijos...es un enojo con uno mismo que se transfiere a lo que "uno mas quiere y protege".
Es por esto que es muy importante diferenciar los ideales, las metas, las pasiones y los deseos de cada uno: vos sos vos y yo soy yo.
Y darse cuenta que bajo presión o la exigencia, es muy difícil sentirse y a gusto con la actividad deportiva que uno desarrolla, tenga la edad que tenga y al nivel de competencia que Ud. elija....
"Presión es exigirle al otro mas de lo que el otro puede dar"
"Doce mil ilusiones a prueba en Palermo" tituló La Nación o "Doce mil chicos y un solo sueño: ganar en un reality show de fútbol" tituló Clarín. La noticia se completaba con el dato de que se trataba de adolescentes de 14 a 19 años y que el premio era un auto 0 km, dinero en efectivo y una prueba en el glorioso club Real Madrid de España. Todo esto para el elegido. Uno en doce mil.
"Buscamos a un jugador talentoso, pero también a un buen deportista y un buen compañero".
Los padres, amigos y familiares quedaron afuera del Campo de Polo donde se realizó la prueba. Seguramente no les habrá gustado nada a la mayoría de ellos pero reglas son reglas. Algunos se trepaban al alambrado para ver....
Algunas preguntas y reflexiones nos surgen de esta selección que sucedió un 13 de julio del 2002, aquí en Argentina.
¿Cuántos de estos chicos asistieron impulsados por sus padres?
¿Cuántos verdaderamente creen en sus posibilidades reales?
¿Cuáles son los criterios de los examinadores en esos 15 minutos?
¿Cuántos de estos chicos sintieron la presión de pasar la prueba?
¿La fama y el dinero, son valores primordiales para nuestros jóvenes de hoy?
Cuestionador de los reality-shows por los valores que hace circular y que de hecho se consumen hoy en nuestra sociedad moderna, nadie dudará de que los creadores de EL BAR 1 y 2 y SUPER M 2002, vieron en el fútbol una nueva chance de impacto mediático y negocio asegurado.
Está claro que en este país se vive y se respira fútbol... Está claro que la crisis social, el altísimo dígito de desocupación reinante, la crisis de valores, y la falta de futuro vía el estudio preparan el caldo de cultivo para que este tipo de propuestas sean tan exitosas. De hecho uno de los chicos declaraba "pensé que en mi posición era el mejor. Ni siquiera pasé a la segunda ronda, me voy a tener que poner a estudiar...".
Esos son los mensajes que hace tiempo están consumiendo nuestros jóvenes: no estudies que no hay futuro en este país, fijate todos los que se están yendo, si tenés un título vas a manejar un taxi, mi viejo estudió y está sin trabajo, te quemas las pestañas estudiando... ¿y quién te devuelve las horas que la pudiste haber pasado bien a esta edad?, con esta manga de políticos corruptos nada vale la pena.....etc.
Ilusiones y sueños reales de chicos que se levantaron a las 2 de la mañana para esta prueba que sucedió 12 horas después en algunos casos....
Adolescentes numerados como mercancías y apoltronados en la tribuna esperando su turno....
Asignatura pendiente de algunos de edades más avanzadas -18 y 19 años- que ya se habían despedido de la posibilidad real ya que, es cierto, que a esa edad es casi imposible conseguir una prueba seria aun con representante....
Al menos en algunos, más allá de la tristeza, la tranquilidad de haberlo intentado. El conductor diciendo que no es la muerte de nadie, que habrá otras oportunidades, pero ¿quién los contiene a esos chicos? Nadie y en eso no difiere del fútbol en general...cuando van a una prueba y no quedan, tampoco los contiene nadie....o tal vez el padre si no se enoja con su hijo por el resultado obtenido, que en realidad es enojarse con su pobre destino y con seguir cargando con su propia frustración...
Chicos que pidieron dinero prestado para venirse del interior del país, había a montones y hasta escuché a un padre hablando de esta posibilidad como una "salida laboral" para el hijo (yo me pregunto ¿si el padre tuviera trabajo lo hubiera acompañado? y ¿hablaría de esa manera?).
En el Bar, la gente pagaba 3 ó 4 veces más el valor normal de una consumición después de una larga cola solo para estar 10 segundos en pantalla... a eso hemos llegado.
Tal vez a muchos padres haya que enseñarles que la fama es puro cuento y que los milagros no existen... y que la gloria es otra cosa, que no se la encuentra por ese camino (el programa se denominaba "Camino a la Gloria").
Ah...!!! Y lo más importante para transmitirles a sus hijos: en este tipo de pruebas, casi nunca gana el mejor....
"Si Ud. quiere un campeón en su familia, vaya y entrénese. Mientras tanto deje que su hijo disfrute y juegue feliz". (Extraído de un cartel del Club Estudiantil Porteño)
Los modelos de padres: para armar y desarmar
Modelo para desarmar
Nadie enseña a ser padre. Eso está claro. Desgraciadamente (o por fortuna), no hay una escuela donde aprender el ABC para mantener todos los días de nuestra vida un trato ideal con nuestros chicos.
Se hace lo que se puede que a veces es mucho y otras poco. El equilibrio en nuestra relación entre calidad y cantidad dará el resultado deseado. En eso del equilibrio andamos a los tumbos cuando nos enfrentamos a un hijo que practica algún deporte, y si no lo hace, seguramente vamos a buscar la forma que lo haga. Tema de largas charlas y debates de sabios y novatos, ha sido la relación padre - hijo deportista. Y tenemos ejemplo de todas las clases y colores. Desde la esperanza sin fin de la salvación familiar frente a un incipiente talento futbolístico hasta la indiferencia total y plena de desmesura.
Es de comprender como básico, que el discurso de los libros hace bien en referirse al deporte infantil como una etapa lúdico formativa que debe ser acompañada por los padres y docentes. Debería ser el axioma de referencia, la verdad indiscutible. Todo esto tiene tres etapas: primero es la de deseo. El deseo de los padres (especialmente del padre) de la corona de laureles en las sienes y los millones en la cuenta bancaria. En fin, el deseo del campeón, con el orgullo y la vida mejor que ello conlleva. La segunda etapa es la de descubrimiento. ¿Tiene talento?; ¿puede ser campeón?; también de las siguientes afirmaciones: "haceme caso a mí, yo de esto sé" (acordarse de que todos somos técnicos); "vamos, vamos...no te distraigas"; "hacé la gambeta como vos sabés"; "hoy ganás seguro". Frases célebres dichas desde el costado de la cancha sin ánimo de herir a nadie pero con una carga de compromiso terrible. Shakti Gaguain en su libro "Visualización creativa" nos plantea el siguiente dilema: nosotros queremos TENER muchas cosas, y éxito, para poder HACER lo que querramos y así SER felices. Sin embargo ella plantea la ecuación a la inversa: lo primero es SER, yo mismo, encontrar mi camino para poder HACER aquellas cosas que nos gustan. Como conclusión de ello vamos a poder TENER las cosas y el éxito que deseamos. Para llegar al éxito primero hay que ser, no hay otro camino. Los niños y los jóvenes deben tener la libertad de encontrarse a si mismos y los padres debemos ser los garantes y los guardianes de ese camino.
La tercera fase es la de decepción, salvo que salga un Maradona. Una de las causas principales del abandono deportivo temprano es la presión que reciben los niños y jóvenes del entorno que los rodea. El deporte es una actividad lúdica, libre, competitiva y voluntaria, donde se juega el deseo propio y no el deseo del otro. Muchas veces los chicos miran aterrados las caras de sus padres y entrenadores después de haber cometido un error de juego. Los niños descubren en el gesto de los mayores el error de ellos y eso los pone mal. No pueden equivocarse libremente y sin conflicto, como debería ser. El tamiz impiadoso de la mirada del adulto califica y sentencia. Como consecuencia, el pibe largó o no llegó a lo que nosotros queríamos.
La pregunta clave
Sirve como test de evaluación de si estamos en esta categoría de padres. Nos enseñó Carlos Kenny (maestro de la vida y profesorazo en la cancha) que si ponemos la oreja y escuchamos la pregunta ¿te divertiste?, que el padre le hace al chico cuando termina: ALELUYA. Pero si escuchamos ¿ganaste?, bueno, caerá una de las siete plagas de Egipto, no tenemos consuelo. Este es el modelo de padre que no queremos ser, el que presiona, obliga, se dedica a ser entrenador de su hijo, lo reta cuando hace algo mal, vive los triunfos y las derrotas de su hijo como si fuesen propias y como si el orgullo familiar se pusiera en juego en un partido de tenis o algo así.
La paradoja
Tiger Woods tiene en su padre uno de estos modelos. Lo presionó y lo cargó de responsabilidades de resultado desde temprana edad. Hay muchos ejemplos donde los grandes, los campeones han tenido este modelo de padre. Vaya paradoja, aquello que criticamos es justamente lo que hay que hacer para sacar un campeón. Contra el campeón no discutimos. Pero de cada Tiger Woods, que a fuerza de soportar presiones desde chico se hace invencible y resistente a las balas, hay un millón de frustrados en el camino. Este libro no es para el papá de Tiger, es para el del millón que quedó en el camino por, entre otras cosas no soportar la presión. A veces el camino de la salvación nos confunde. Acaso ¿alguien podría criticarle al padre sin un mango y sin proyectos, que transforma a su hijo en "ese proyecto"?. Seguramente la dificultad radique en ese punto: él debe hacer su propio proyecto.
El cementerio del deporte está lleno de talentos.
Talentos que no fueron; o mejor dicho talentos que quedaron en el camino por diferentes motivos: falta de interés, falta de oportunidades, problemas económicos, etc... Y presión excesiva por parte de los padres.
Semblanza
Podríamos hacer un test para detectar a estos padres. O poder dar características que se repiten:
Se hacen entendidos y especialistas en el deporte de su hijo
Saben todo
Van a todos los partidos y a muchos entrenamientos
Andan averiguando toda información que sea útil
Insultan al árbitro
Son abonados de la "viveza criolla" y catalogan de "tonto" a su hijo cuando no hace uso de ella.
Le compran la mejor ropa y lo llevan a que le hagan test, dietas, etc.
Se sienten parte integrante de la "comunidad deportiva".
Están de mal humor cuando su hijo pierde.
Piensan en cambiar de entrenador o club cuando esto pasa porque el técnico no sabe.
Está exultante cuando gana y si gana medalla se la cuelga en el pecho.
Habla con vos con lenguaje "técnico" y creen que todos saben y están interesados acerca de las hazañas de su pollo.
Palmea la espalda de su hijo (que se pone colorado), cuando cuenta los triunfos de este frente a sus amigos.
Le controla los horarios al hijo
No se preocupa demasiado por el tema estudio, "ya va a estudiar".
Bueno faltarán algunas, pero me parece que no aproximamos al perfil del padre "modelo para desarmar".
Los padres doble mensaje
El desvalimiento que tiene el bebe cuando nace la falta de posibilidad de satisfacción de sus necesidades por bastante tiempo en su infancia determina que sus padres o sustitutos tengan una importancia fundamental en su vida, su supervivencia esta determinada por esos grandotes que lo cuidan y tal es la necesidad que la mirada del niño, siempre para arriba porque allá arriba están los que lo saben todo, los que pueden asegurarle la comida, el calor la seguridad, si ellos son hagan lo que hagan los dueños de la verdad porque son la única referencia posible y son hasta que el chico llegue a la misma altura (posibilidad de autoabastecerse) quienes lo determinan en lo que esta bien o lo que esta mal.
Los padres a pesar de que han tomado la responsabilidad de traer un hijo al mundo, no vienen armados con todo el conocimiento del mundo y además como si fuera poco cada uno carga tomando los conceptos psicológicos de Erik Berne con el niño que cada uno tiene adentro con los deseos, con los anhelos y con las necesidades que en su momento no pudieron ser satisfechas y ahora este chiquito que trajimos al mundo puede al fin cumplir todos aquellos deseos que entonces no pudieron ser satisfechos. Al mismo tiempo sabemos, lo hemos leído en todos lados. Lo hemos visto por TV en los programas de interés general que al chico hay que dejarlo desarrollar en lo que le gusta, también sabemos que debemos darle seguridad, brindarle a través de nuestro mensaje confianza en si mismo. Y si todo eso lo sabemos, por lo cual una parte adentro nuestro nos dice lo que DEBEMOS DECIR, este es el origen del doble mensaje.
Por un lado esta el niño con su dependencia natural, su necesidad de cuidado, amor, reconocimiento y por el otro los padres, con sus propias necesidades insatisfechas y las ganas de que el chico sea el mejor, el que cumple lo que ellos no pudieron, el que lo puede todo porque ellos le dan todo y lo apoyan ¿que le puede faltar? si además le dimos todo lo que no tuvimos. Y por otro lado, la voz de lo social de la sociedad psicologizada que nos dice lo que debemos decir, que esta bien que el chico escuche Vos podes sino no importa, lo importante es que te sientas bien que estés tranquilo.
Llevemos esto a un ejemplo del deporte
Lucas tiene 12 años juega al tenis, hace un tiempo comenzó a competir y quiere dedicar su vida al tenis, empezó muy chiquito, la verdad es que le gustaba mas jugar al fútbol pero un día un entrenador descubrió sus condiciones y le sugirió que se dedique al tenis. Su papá que tuvo que dejar la carrera deportiva para casarse, acompañó muy de cerca la actividad, de su hijo, estando siempre presente. Para Lucas su padre, un campeón, el mejor, siempre con la mejor palabra de aliento antes de comenzar el partido, siempre transmitiendo toda la confianza, pero cuidado, es inexplicable como Lucas, cuando está en el medio del partido cuando se equivoca tira la raqueta, se pone frenético quiere dejar el tenis. Hay alguien de afuera que siempre esta mirando y alguien que adentro de la cancha también mira. En los ojos del padre se muestran una tras otra las verdades que surgen de adentro, lo posible y lo imposible que suceda. ¿Cómo pudiste pegarle así? ¿Cómo se te ocurre hacer ese drop en este momento? ¿En qué estás pensando tonto? Aparece que no estas apareciendo si ese es un ganso sos vos el que le regala el partido. Esto no me puede hacer mi hijo. Al final del partido la furia. Lucas frustrado, su papá con su boca dice lo esperable, no estuvo tan mal, hiciste lo que pudiste y en los ojos la furia no condice con las palabras. Lucas se odia a si mismo, como puede odiar a su papá que es tan bueno que siempre lo acompaña que siempre lo alienta. Pero los ojos lo que le transmite el padre, Lucas no lo entiende, cree en lo que el padre le dice no en lo que ve.
El caso de Luciana
Luciana tiene cuatro años y el papá ve que tiene condiciones extraordinarias para jugar al tenis. Pasa la pelota del otro lado y tiene una coordinación y cualidades muy raras a su edad. Los padres especialmente el padre adoran el tenis y le encanta la posibilidad de una campeona. Qué bueno una campeona en la familia, va a salir en todos los diarios como Gaby Sabatini y viajar por el mundo, nosotros también regocijados vemos a la pequeña como una gran posibilidad para cumplir su sueño. Así Luciana llega a los cinco y a los seis llega al club un entrenador que ve en Luciana lo mismo que ven los padres, una gran posibilidad y con el llega la planificación del trabajo necesario para que Luciana materialice el sueño ahora de tres. Sus padres y el entrenador. El plan es trabajar duro ya que así llegan los campeones. Entrenar todos los días incluso sábado y domingo y cumplir las rutinas de entrenamiento al pie de la letra.
Así Luciana, de seis años entrena todos los días tenga ganas o no porque llegar es importante. Como se cansa empieza a quejarse, con su entrenador y con su mama. El entrenador la mira fijo y le dice NO seas protestona y trabaja duro porque sino no vas a jugar bien al tenis Pero estoy cansada dice Luciana. No. Vos no estás cansada, vos sos quejona… ¿Me entendiste? Luciana mira para arriba, ese señor grandote parece que sabe entonces no estoy cansada voy a seguir. Mama, me siento mal. Pero Oscar ya habló con la mamá y le explico que para llegar hay que hacer esfuerzos máximos y Luciana es quejona.
La mama respalda a Oscar y le dice a Luciana: aguanta que es importante para llegar y no te quejés tanto sos una nena valiente y fuerte. Pero mamá me duele la pierna. No te parece es porque no tenés ganas de entrenar. Oscar me duele la pierna. Uh... otra vez vos con tus mariconadas no te duele nada y no pares. Así Luciana tuvo la primera lesión de su vida a los 7 años. A pesar de esto y fruto del entrenamiento Luciana tuvo grandes logros en los campeonatos infantiles, sumado a su talento natural, el entrenamiento al que era sometida hacía que le ganara a todas. Campeona no solo de su categoría sino que le ganaba a la categoría superior de niñas mas grandes. Así Luciana siguió ganando y lesionándose alternativamente y perdió el registro del dolor, ya no se daba cuenta cuando el cuerpo le anunciaba agotamiento de alguna parte…
Repasando la excelente película "Little girls in pretty boxes" vuelven a nuestras mentes palabras como proteger, renunciar a todo, amor por lo que uno hace, enceguecimiento, responsabilidad en la toma de decisiones, etc.
Hay en ese film dos diálogos aleccionadores que citaremos y nos sirven de introducción del punto que queríamos desarrollar: los tipos de padres.
Dialogo 1
Madre: no quiero que sigamos con esto...
Hija: ya tú no mandas.
Madre: ¿quién sino?
Hija: yo y Greg (el entrenador).
La hija era una adolescente que hacia gimnasia acrobática y la madre había dejado su trabajo, su ciudad y su marido para ir tras ella.
Diálogo 2
Madre: eres el entrenador y sabes más que yo, pero ella tiene miedo...
Greg: va camino a ser una campeona...
Madre: no quiero que lo intentes.
Greg: tú no decides eso...
Madre: no quiero que se convierta en un curso de supervivencia... y que termine como Dana... el médico dijo que se retire y no te importó y ahora se lesionó... está fracturada y no puede competir más...
Greg: no es mi responsabilidad, no soy el médico ni el padre...y además su desarrollo emocional no me concierne...
Madre: ¿cómo puedes decir eso?
Finalmente la madre toma la decisión y se vuelven, aun con el odio de su hija a cuestas y con el peso de la frustración de la medalla soñada sobre su cuerpo.
Viendo este tipo de entrenadores, que los hay, nos resulta más fácil entender este tipo de padres que posibilitan estas instancias destructivas... este entrenador presionaba a su dirigida a mas no poder, sin límite alguno y sin hacerse responsable de las consecuencias... y los padres confiaron en él mucho tiempo antes del adiós... tal vez persiguiendo el propio sueño de la medalla dorada.
La película finaliza diciendo que de 50.000 niñas adolescentes que había en EEUU solo 7 fueron a los Juegos Olímpicos 2000!!! Todo dicho.
Retomando "FUTBOL DE PRESION" en los que Roffé cita 3 tipos de padres, nos situaremos en esa clasificación para ampliarla.
Padres indiferentes: son aquellos que nada saben de sus hijos, que poco se preocupan, que no les preguntan nada, no como estrategia para no presionarlos sino por falta de interés y porque están con la cabeza en sus problemas y/o intereses y/o negocios. Ppreguntar, interesarse por el otro es dar afecto y de eso saben muy poco.
Padres equilibrados: aunque parezca mentira existen...se meten lo justo y necesario. Ni muy muy ni tan tan: el preciado y buscado equilibrio. Padres que se preocupan por sus hijos, no realizan preguntas por la eficacia, padres que confían (no depositan) en los entrenadores de sus hijos. Padres que no exigen ni presionan. Padres que disfrutan yéndolos a ver cada tanto y que son felices de verlo bien al hijo/a y que gracias al deporte, tengan cosas para contar. Acompañan.
Padres sobreprotectores: pesados, invasivos, presionantes. "Tanto que lo quiero, tanto lo aprieto" (y sin querer le quito el aire).
Buscan la simpatía del entrenador, están en todos los detalles, no terminan de confiar en el DT.
¡Invaden, queriendo ayudar!
¡Presionan, queriendo ayudar!
¡Malogran a lo que mas quieren, sin querer queriendo! (pueden venir de padres indiferentes y con tal de no repetir y diferenciarse, se van al otro extremo...)
Siguiendo a Smoll
Padres vociferantes
Padres entrenadores en la banda
Padres hipercríticos
Y nosotros agregamos:
Padres agresivos
Padres exitistas
Guiarlos, descubrir y aprender con él
Ivan Lendl, múltiple campeón de tenis, confiesa algunas cosas muy interesantes respecto de este punto:
"Creo que mis padres se portaron muy bien conmigo cuando me inicié en la vida tenística. Me presentaron este juego como una opción, como una actividad que a ellos les encantaba y que quizás me gustaría a mí también. Cuando empecé a Jugar un poco en serio me animaron a que hiciera lo que pudiese...al principio la mayor parte del apoyo lo colocaba de ellos. Sin embargo, poco a poco fui depositándolo en preparadores y amigos. Mis padres acertaron en dejarme soltar amarras.... Por ejemplo, cuando derroté a mi madre por primera vez, no volvimos a jugar en forma competitiva nunca. En cambio pasé practicando muchas horas mis golpes con ella".
Estas palabras auto-referenciales en el capítulo "Canalizar la presión", hay varias palabras claves:
Opción
Quizás
Animarme
Competencia no
Con ella
Los padres pueden ser una guía y un agente motivador o un agente de presión. Lendl no habla que fue obligado en ningún momento. Sus padres le plantearon el deporte como una opción que luego EL eligió, pudiendo hacer otra cosa.
Con la madre jugaba para divertirse y ese es un aprendizaje por hacer, que requiere transformar el en contra en con.
Para crecer (soltar amarras), también hacen falta padres inteligentes que le den opciones a su hijo/a y que sepan correrse de cierto lugar.
Los niños y adolescentes participan en el deporte por razones relacionadas con el desarrollo de la competencia, la afirmación de las amistades, la mejora de la forma física y la consecución de la diversión. Son los padres y sus "sustitutos", los entrenadores, los que pueden equivocar los objetivos. A ellos hay que sumar los organizadores de las competencias deportivas. Ellos son los agentes motivante y de "socialización". Los que dictaminan el cuando, el cómo, el dónde, con quién, en qué circunstancias y con qué consecuencias empieza el niño o el joven a practicar deporte (J. Feliú).
El Barón de Coubertin ha subrayado que el deporte sería un entorno positivo que contribuirá a la educación social y moral de los jóvenes.
¿Qué puede decirse de la victoria? En deporte es común igualar la noción de éxito a la victoria. Sin embargo en una filosofía en dónde el ganar lo es todo, los deportistas más jóvenes pueden perder oportunidades de desarrollar sus destrezas, disfrutar con la participación y, sobre todo, formarse como personas (Smoll).
Cuando un padre pone a su hijo frente a un deporte a edad temprana, solo él sabe que es lo que quiere: a) fabricar un futuro campeón, induciéndolo desde pequeño, b) que se divierta y disfrute de los amigos, del aprendizaje de las reglas y del sol y el aire libre.
Si la opción es b), puede guiarlo sin saberlo todo, darle la linterna para que intente alumbrar solo, "acompañarlo" en su deseo, compartir y descubrir con él fomentando la calidad de vida y la actividad en común. Después a su tiempo, el hijo/a decidirá si quiere practicar deporte o elegir la posibilidad de ser deportista.
El libro tiene testimonios de deportistas exitosos como Javier Saviola, Alejandro Domínguez, Vanina Oneto y Anabel Gambero entre otros.
Los autores
Bibliografía
Roffé M. Giscafré N. y Fenili A. (2003) Mi hijo el campeón. Las presiones de los padres y el entorno. Buenos Aires, Lugar Editorial.
Otros artículos de Marcelo Roffé
sobre Psicología del Deporte
http://www.efdeportes.com/ · FreeFind
ADOLESCENTES Y DEPORTE
Marcelo Roffé*
Nelly Giscafré**
Alfredo Fenili***
Psicólogos del Deporte
*Psicólogo de la Selección Argentina Juvenil de Fútbol
**Psicóloga de la Selección Argentina de Hockey, Las Leonas
**Psicólogo del Club de Amigos
(Argentina)
Extraído de los capítulos 2 y 3 del libro "Mi hijo el campeón: las presiones de los padres y el entorno"
Lugar Editorial (2003 1ª edición, hoy ya publicada la 2ª edición), con prólogo de José Pekerman
http://www.efdeportes.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Año 10 - N° 79 - Diciembre de 2004
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De los 3 a los 13 años, amé cada minuto que pude jugar, y eso se lo debo a mi padre. El tiene mucho que ver con mi éxito actual...pero en la adolescencia sentía que mi padre ponía muchas expectativas en mí. Nuestra relación se basaba exclusivamente en el tenis. Yo quería que el fuera mi papá, no mi entrenador".
André Agassi. Clarín, 29-1-01
"Éramos demasiado ansiosos y autoritarios...nos esforzábamos demasiado... lo abrumábamos...lo corregíamos constantemente... esperábamos demasiado de él... no lo dejamos ser niño...".
Con frecuencia los padres se sienten culpables de los malos momentos que les hicieron pasar a sus hijos (las cosas que hicieron o no hicieron, las cosas que dijeron o no dijeron) y que posteriormente reconocen y lamentan (pág. 198 y 199 del libro "Padres e hijos").
Si como padres sentimos que no los dejamos ser niños: ¿qué adolescentes derivarán de esos niños?, ¿Cómo condicionamos su crecimiento futuro?, y ¿qué lugar positivo puede ocupar el deporte en ese camino de crecimiento?
Adolescencia deriva del verbo adolescer. Adolescer significa sufrir. Y sufrir es crecer. Sufriendo se forma el carácter y se pule la personalidad.
La adolescencia es el puente comunicador entre la niñez y la vida adulta, entre la dependencia y la independencia, entre la necesidad y la autoestima.
La adolescencia es también una etapa de "transición" comúnmente denominada "la edad del pavo".Y siguiendo a Francoise Dolto "si mientras son vulnerables reciben golpes, quedan heridos para siempre". Este estado de debilidad que deben atravesar puede llevarlos a estados depresivos, paranoicos o simplemente, a realizar actos de agresión gratuitos. "En estas crisis, el joven se opone a todas las leyes, porque le ha parecido que alguien que representa la ley, no le permitía ser ni vivir". ¡Ni más ni menos que la rebeldía!
En el plano de las emociones, dijimos, predomina la inestabilidad y la labilidad. A veces parece de una manera, a veces de otra. Puede cambiar sus conductas en un día, en horas, en minutos: ¿quién soy?, ¿qué quiero hacer?, ¿adónde voy? En ese plano, por momentos confesional, en la búsqueda de una verdad, puede aparecer el deporte.
Marcelo Roffé, Nelly Giscafré, José Pekerman (DT Selección Argentina de Fútbol), Marcelo Gantman (periodista) y Alfredo Fenili
Presentación del libro en el Club de Amigos, Buenos Aires, mayo de 2003
Pero, ¿qué deporte?: deporte de equipo o individual, recreativo o competitivo, para sentirse bien o para ganar. El deporte que seas capaz de hacer.
Hay personalidades (aún conformándose), más dispuestas al deporte de equipo y están las otras. En ese camino de sufrimiento, de angustia, de altibajos aún con los matices propios de cada edad (12 años es diferente de 18 y 14 de 16), el deporte nos puede conectar con el placer y con el disfrute, con el ocio creativo, con la salud física y mental, con la pertenencia a un equipo. Nos permitirá desarrollarnos como personas, sintiéndonos útiles. No es una solución mágica ni un milagro, pero ayuda a prevenir males como el acceso a las drogas "sociales", a la pérdida de valores, al ocio improductivo (como la adicción a la computadora), al alcoholismo, a las malas juntas.
Ahora bien, si el deporte competitivo o de alto rendimiento te agrega estrés, presiones, ansiedad y angustias, que como adolescente no podés controlar, estamos en la misma. Fuimos de Guatemala a Guatepeor.
Por eso buscarás el deporte que seas capaz de hacer, en el nivel que te sientas cómodo, sin mayor anhelo que un momento de placer.
La edad adolescente conlleva los típicos cambios y los altibajos de un sujeto que está conformando y definiendo su personalidad y carácter.
Esto tiene consecuencias inevitables y variables en la performance de un deportista de alto rendimiento, al punto que sus entrenadores creen desconocer al jugador o atleta que habían elegido o convocado.
Esta "labilidad" puede producir fastidio y elevar los grados de irritabilidad de padres y maestros, quienes de no estar advertidos de esto, lo "culpabilizan" en muchas ocasiones.
El enojo de los padres se relaciona directamente con los propios ideales, no alcanzados por los hijos...es un enojo con uno mismo que se transfiere a lo que "uno mas quiere y protege".
Es por esto que es muy importante diferenciar los ideales, las metas, las pasiones y los deseos de cada uno: vos sos vos y yo soy yo.
Y darse cuenta que bajo presión o la exigencia, es muy difícil sentirse y a gusto con la actividad deportiva que uno desarrolla, tenga la edad que tenga y al nivel de competencia que Ud. elija....
"Presión es exigirle al otro mas de lo que el otro puede dar"
"Doce mil ilusiones a prueba en Palermo" tituló La Nación o "Doce mil chicos y un solo sueño: ganar en un reality show de fútbol" tituló Clarín. La noticia se completaba con el dato de que se trataba de adolescentes de 14 a 19 años y que el premio era un auto 0 km, dinero en efectivo y una prueba en el glorioso club Real Madrid de España. Todo esto para el elegido. Uno en doce mil.
"Buscamos a un jugador talentoso, pero también a un buen deportista y un buen compañero".
Los padres, amigos y familiares quedaron afuera del Campo de Polo donde se realizó la prueba. Seguramente no les habrá gustado nada a la mayoría de ellos pero reglas son reglas. Algunos se trepaban al alambrado para ver....
Algunas preguntas y reflexiones nos surgen de esta selección que sucedió un 13 de julio del 2002, aquí en Argentina.
¿Cuántos de estos chicos asistieron impulsados por sus padres?
¿Cuántos verdaderamente creen en sus posibilidades reales?
¿Cuáles son los criterios de los examinadores en esos 15 minutos?
¿Cuántos de estos chicos sintieron la presión de pasar la prueba?
¿La fama y el dinero, son valores primordiales para nuestros jóvenes de hoy?
Cuestionador de los reality-shows por los valores que hace circular y que de hecho se consumen hoy en nuestra sociedad moderna, nadie dudará de que los creadores de EL BAR 1 y 2 y SUPER M 2002, vieron en el fútbol una nueva chance de impacto mediático y negocio asegurado.
Está claro que en este país se vive y se respira fútbol... Está claro que la crisis social, el altísimo dígito de desocupación reinante, la crisis de valores, y la falta de futuro vía el estudio preparan el caldo de cultivo para que este tipo de propuestas sean tan exitosas. De hecho uno de los chicos declaraba "pensé que en mi posición era el mejor. Ni siquiera pasé a la segunda ronda, me voy a tener que poner a estudiar...".
Esos son los mensajes que hace tiempo están consumiendo nuestros jóvenes: no estudies que no hay futuro en este país, fijate todos los que se están yendo, si tenés un título vas a manejar un taxi, mi viejo estudió y está sin trabajo, te quemas las pestañas estudiando... ¿y quién te devuelve las horas que la pudiste haber pasado bien a esta edad?, con esta manga de políticos corruptos nada vale la pena.....etc.
Ilusiones y sueños reales de chicos que se levantaron a las 2 de la mañana para esta prueba que sucedió 12 horas después en algunos casos....
Adolescentes numerados como mercancías y apoltronados en la tribuna esperando su turno....
Asignatura pendiente de algunos de edades más avanzadas -18 y 19 años- que ya se habían despedido de la posibilidad real ya que, es cierto, que a esa edad es casi imposible conseguir una prueba seria aun con representante....
Al menos en algunos, más allá de la tristeza, la tranquilidad de haberlo intentado. El conductor diciendo que no es la muerte de nadie, que habrá otras oportunidades, pero ¿quién los contiene a esos chicos? Nadie y en eso no difiere del fútbol en general...cuando van a una prueba y no quedan, tampoco los contiene nadie....o tal vez el padre si no se enoja con su hijo por el resultado obtenido, que en realidad es enojarse con su pobre destino y con seguir cargando con su propia frustración...
Chicos que pidieron dinero prestado para venirse del interior del país, había a montones y hasta escuché a un padre hablando de esta posibilidad como una "salida laboral" para el hijo (yo me pregunto ¿si el padre tuviera trabajo lo hubiera acompañado? y ¿hablaría de esa manera?).
En el Bar, la gente pagaba 3 ó 4 veces más el valor normal de una consumición después de una larga cola solo para estar 10 segundos en pantalla... a eso hemos llegado.
Tal vez a muchos padres haya que enseñarles que la fama es puro cuento y que los milagros no existen... y que la gloria es otra cosa, que no se la encuentra por ese camino (el programa se denominaba "Camino a la Gloria").
Ah...!!! Y lo más importante para transmitirles a sus hijos: en este tipo de pruebas, casi nunca gana el mejor....
"Si Ud. quiere un campeón en su familia, vaya y entrénese. Mientras tanto deje que su hijo disfrute y juegue feliz". (Extraído de un cartel del Club Estudiantil Porteño)
Los modelos de padres: para armar y desarmar
Modelo para desarmar
Nadie enseña a ser padre. Eso está claro. Desgraciadamente (o por fortuna), no hay una escuela donde aprender el ABC para mantener todos los días de nuestra vida un trato ideal con nuestros chicos.
Se hace lo que se puede que a veces es mucho y otras poco. El equilibrio en nuestra relación entre calidad y cantidad dará el resultado deseado. En eso del equilibrio andamos a los tumbos cuando nos enfrentamos a un hijo que practica algún deporte, y si no lo hace, seguramente vamos a buscar la forma que lo haga. Tema de largas charlas y debates de sabios y novatos, ha sido la relación padre - hijo deportista. Y tenemos ejemplo de todas las clases y colores. Desde la esperanza sin fin de la salvación familiar frente a un incipiente talento futbolístico hasta la indiferencia total y plena de desmesura.
Es de comprender como básico, que el discurso de los libros hace bien en referirse al deporte infantil como una etapa lúdico formativa que debe ser acompañada por los padres y docentes. Debería ser el axioma de referencia, la verdad indiscutible. Todo esto tiene tres etapas: primero es la de deseo. El deseo de los padres (especialmente del padre) de la corona de laureles en las sienes y los millones en la cuenta bancaria. En fin, el deseo del campeón, con el orgullo y la vida mejor que ello conlleva. La segunda etapa es la de descubrimiento. ¿Tiene talento?; ¿puede ser campeón?; también de las siguientes afirmaciones: "haceme caso a mí, yo de esto sé" (acordarse de que todos somos técnicos); "vamos, vamos...no te distraigas"; "hacé la gambeta como vos sabés"; "hoy ganás seguro". Frases célebres dichas desde el costado de la cancha sin ánimo de herir a nadie pero con una carga de compromiso terrible. Shakti Gaguain en su libro "Visualización creativa" nos plantea el siguiente dilema: nosotros queremos TENER muchas cosas, y éxito, para poder HACER lo que querramos y así SER felices. Sin embargo ella plantea la ecuación a la inversa: lo primero es SER, yo mismo, encontrar mi camino para poder HACER aquellas cosas que nos gustan. Como conclusión de ello vamos a poder TENER las cosas y el éxito que deseamos. Para llegar al éxito primero hay que ser, no hay otro camino. Los niños y los jóvenes deben tener la libertad de encontrarse a si mismos y los padres debemos ser los garantes y los guardianes de ese camino.
La tercera fase es la de decepción, salvo que salga un Maradona. Una de las causas principales del abandono deportivo temprano es la presión que reciben los niños y jóvenes del entorno que los rodea. El deporte es una actividad lúdica, libre, competitiva y voluntaria, donde se juega el deseo propio y no el deseo del otro. Muchas veces los chicos miran aterrados las caras de sus padres y entrenadores después de haber cometido un error de juego. Los niños descubren en el gesto de los mayores el error de ellos y eso los pone mal. No pueden equivocarse libremente y sin conflicto, como debería ser. El tamiz impiadoso de la mirada del adulto califica y sentencia. Como consecuencia, el pibe largó o no llegó a lo que nosotros queríamos.
La pregunta clave
Sirve como test de evaluación de si estamos en esta categoría de padres. Nos enseñó Carlos Kenny (maestro de la vida y profesorazo en la cancha) que si ponemos la oreja y escuchamos la pregunta ¿te divertiste?, que el padre le hace al chico cuando termina: ALELUYA. Pero si escuchamos ¿ganaste?, bueno, caerá una de las siete plagas de Egipto, no tenemos consuelo. Este es el modelo de padre que no queremos ser, el que presiona, obliga, se dedica a ser entrenador de su hijo, lo reta cuando hace algo mal, vive los triunfos y las derrotas de su hijo como si fuesen propias y como si el orgullo familiar se pusiera en juego en un partido de tenis o algo así.
La paradoja
Tiger Woods tiene en su padre uno de estos modelos. Lo presionó y lo cargó de responsabilidades de resultado desde temprana edad. Hay muchos ejemplos donde los grandes, los campeones han tenido este modelo de padre. Vaya paradoja, aquello que criticamos es justamente lo que hay que hacer para sacar un campeón. Contra el campeón no discutimos. Pero de cada Tiger Woods, que a fuerza de soportar presiones desde chico se hace invencible y resistente a las balas, hay un millón de frustrados en el camino. Este libro no es para el papá de Tiger, es para el del millón que quedó en el camino por, entre otras cosas no soportar la presión. A veces el camino de la salvación nos confunde. Acaso ¿alguien podría criticarle al padre sin un mango y sin proyectos, que transforma a su hijo en "ese proyecto"?. Seguramente la dificultad radique en ese punto: él debe hacer su propio proyecto.
El cementerio del deporte está lleno de talentos.
Talentos que no fueron; o mejor dicho talentos que quedaron en el camino por diferentes motivos: falta de interés, falta de oportunidades, problemas económicos, etc... Y presión excesiva por parte de los padres.
Semblanza
Podríamos hacer un test para detectar a estos padres. O poder dar características que se repiten:
Se hacen entendidos y especialistas en el deporte de su hijo
Saben todo
Van a todos los partidos y a muchos entrenamientos
Andan averiguando toda información que sea útil
Insultan al árbitro
Son abonados de la "viveza criolla" y catalogan de "tonto" a su hijo cuando no hace uso de ella.
Le compran la mejor ropa y lo llevan a que le hagan test, dietas, etc.
Se sienten parte integrante de la "comunidad deportiva".
Están de mal humor cuando su hijo pierde.
Piensan en cambiar de entrenador o club cuando esto pasa porque el técnico no sabe.
Está exultante cuando gana y si gana medalla se la cuelga en el pecho.
Habla con vos con lenguaje "técnico" y creen que todos saben y están interesados acerca de las hazañas de su pollo.
Palmea la espalda de su hijo (que se pone colorado), cuando cuenta los triunfos de este frente a sus amigos.
Le controla los horarios al hijo
No se preocupa demasiado por el tema estudio, "ya va a estudiar".
Bueno faltarán algunas, pero me parece que no aproximamos al perfil del padre "modelo para desarmar".
Los padres doble mensaje
El desvalimiento que tiene el bebe cuando nace la falta de posibilidad de satisfacción de sus necesidades por bastante tiempo en su infancia determina que sus padres o sustitutos tengan una importancia fundamental en su vida, su supervivencia esta determinada por esos grandotes que lo cuidan y tal es la necesidad que la mirada del niño, siempre para arriba porque allá arriba están los que lo saben todo, los que pueden asegurarle la comida, el calor la seguridad, si ellos son hagan lo que hagan los dueños de la verdad porque son la única referencia posible y son hasta que el chico llegue a la misma altura (posibilidad de autoabastecerse) quienes lo determinan en lo que esta bien o lo que esta mal.
Los padres a pesar de que han tomado la responsabilidad de traer un hijo al mundo, no vienen armados con todo el conocimiento del mundo y además como si fuera poco cada uno carga tomando los conceptos psicológicos de Erik Berne con el niño que cada uno tiene adentro con los deseos, con los anhelos y con las necesidades que en su momento no pudieron ser satisfechas y ahora este chiquito que trajimos al mundo puede al fin cumplir todos aquellos deseos que entonces no pudieron ser satisfechos. Al mismo tiempo sabemos, lo hemos leído en todos lados. Lo hemos visto por TV en los programas de interés general que al chico hay que dejarlo desarrollar en lo que le gusta, también sabemos que debemos darle seguridad, brindarle a través de nuestro mensaje confianza en si mismo. Y si todo eso lo sabemos, por lo cual una parte adentro nuestro nos dice lo que DEBEMOS DECIR, este es el origen del doble mensaje.
Por un lado esta el niño con su dependencia natural, su necesidad de cuidado, amor, reconocimiento y por el otro los padres, con sus propias necesidades insatisfechas y las ganas de que el chico sea el mejor, el que cumple lo que ellos no pudieron, el que lo puede todo porque ellos le dan todo y lo apoyan ¿que le puede faltar? si además le dimos todo lo que no tuvimos. Y por otro lado, la voz de lo social de la sociedad psicologizada que nos dice lo que debemos decir, que esta bien que el chico escuche Vos podes sino no importa, lo importante es que te sientas bien que estés tranquilo.
Llevemos esto a un ejemplo del deporte
Lucas tiene 12 años juega al tenis, hace un tiempo comenzó a competir y quiere dedicar su vida al tenis, empezó muy chiquito, la verdad es que le gustaba mas jugar al fútbol pero un día un entrenador descubrió sus condiciones y le sugirió que se dedique al tenis. Su papá que tuvo que dejar la carrera deportiva para casarse, acompañó muy de cerca la actividad, de su hijo, estando siempre presente. Para Lucas su padre, un campeón, el mejor, siempre con la mejor palabra de aliento antes de comenzar el partido, siempre transmitiendo toda la confianza, pero cuidado, es inexplicable como Lucas, cuando está en el medio del partido cuando se equivoca tira la raqueta, se pone frenético quiere dejar el tenis. Hay alguien de afuera que siempre esta mirando y alguien que adentro de la cancha también mira. En los ojos del padre se muestran una tras otra las verdades que surgen de adentro, lo posible y lo imposible que suceda. ¿Cómo pudiste pegarle así? ¿Cómo se te ocurre hacer ese drop en este momento? ¿En qué estás pensando tonto? Aparece que no estas apareciendo si ese es un ganso sos vos el que le regala el partido. Esto no me puede hacer mi hijo. Al final del partido la furia. Lucas frustrado, su papá con su boca dice lo esperable, no estuvo tan mal, hiciste lo que pudiste y en los ojos la furia no condice con las palabras. Lucas se odia a si mismo, como puede odiar a su papá que es tan bueno que siempre lo acompaña que siempre lo alienta. Pero los ojos lo que le transmite el padre, Lucas no lo entiende, cree en lo que el padre le dice no en lo que ve.
El caso de Luciana
Luciana tiene cuatro años y el papá ve que tiene condiciones extraordinarias para jugar al tenis. Pasa la pelota del otro lado y tiene una coordinación y cualidades muy raras a su edad. Los padres especialmente el padre adoran el tenis y le encanta la posibilidad de una campeona. Qué bueno una campeona en la familia, va a salir en todos los diarios como Gaby Sabatini y viajar por el mundo, nosotros también regocijados vemos a la pequeña como una gran posibilidad para cumplir su sueño. Así Luciana llega a los cinco y a los seis llega al club un entrenador que ve en Luciana lo mismo que ven los padres, una gran posibilidad y con el llega la planificación del trabajo necesario para que Luciana materialice el sueño ahora de tres. Sus padres y el entrenador. El plan es trabajar duro ya que así llegan los campeones. Entrenar todos los días incluso sábado y domingo y cumplir las rutinas de entrenamiento al pie de la letra.
Así Luciana, de seis años entrena todos los días tenga ganas o no porque llegar es importante. Como se cansa empieza a quejarse, con su entrenador y con su mama. El entrenador la mira fijo y le dice NO seas protestona y trabaja duro porque sino no vas a jugar bien al tenis Pero estoy cansada dice Luciana. No. Vos no estás cansada, vos sos quejona… ¿Me entendiste? Luciana mira para arriba, ese señor grandote parece que sabe entonces no estoy cansada voy a seguir. Mama, me siento mal. Pero Oscar ya habló con la mamá y le explico que para llegar hay que hacer esfuerzos máximos y Luciana es quejona.
La mama respalda a Oscar y le dice a Luciana: aguanta que es importante para llegar y no te quejés tanto sos una nena valiente y fuerte. Pero mamá me duele la pierna. No te parece es porque no tenés ganas de entrenar. Oscar me duele la pierna. Uh... otra vez vos con tus mariconadas no te duele nada y no pares. Así Luciana tuvo la primera lesión de su vida a los 7 años. A pesar de esto y fruto del entrenamiento Luciana tuvo grandes logros en los campeonatos infantiles, sumado a su talento natural, el entrenamiento al que era sometida hacía que le ganara a todas. Campeona no solo de su categoría sino que le ganaba a la categoría superior de niñas mas grandes. Así Luciana siguió ganando y lesionándose alternativamente y perdió el registro del dolor, ya no se daba cuenta cuando el cuerpo le anunciaba agotamiento de alguna parte…
Repasando la excelente película "Little girls in pretty boxes" vuelven a nuestras mentes palabras como proteger, renunciar a todo, amor por lo que uno hace, enceguecimiento, responsabilidad en la toma de decisiones, etc.
Hay en ese film dos diálogos aleccionadores que citaremos y nos sirven de introducción del punto que queríamos desarrollar: los tipos de padres.
Dialogo 1
Madre: no quiero que sigamos con esto...
Hija: ya tú no mandas.
Madre: ¿quién sino?
Hija: yo y Greg (el entrenador).
La hija era una adolescente que hacia gimnasia acrobática y la madre había dejado su trabajo, su ciudad y su marido para ir tras ella.
Diálogo 2
Madre: eres el entrenador y sabes más que yo, pero ella tiene miedo...
Greg: va camino a ser una campeona...
Madre: no quiero que lo intentes.
Greg: tú no decides eso...
Madre: no quiero que se convierta en un curso de supervivencia... y que termine como Dana... el médico dijo que se retire y no te importó y ahora se lesionó... está fracturada y no puede competir más...
Greg: no es mi responsabilidad, no soy el médico ni el padre...y además su desarrollo emocional no me concierne...
Madre: ¿cómo puedes decir eso?
Finalmente la madre toma la decisión y se vuelven, aun con el odio de su hija a cuestas y con el peso de la frustración de la medalla soñada sobre su cuerpo.
Viendo este tipo de entrenadores, que los hay, nos resulta más fácil entender este tipo de padres que posibilitan estas instancias destructivas... este entrenador presionaba a su dirigida a mas no poder, sin límite alguno y sin hacerse responsable de las consecuencias... y los padres confiaron en él mucho tiempo antes del adiós... tal vez persiguiendo el propio sueño de la medalla dorada.
La película finaliza diciendo que de 50.000 niñas adolescentes que había en EEUU solo 7 fueron a los Juegos Olímpicos 2000!!! Todo dicho.
Retomando "FUTBOL DE PRESION" en los que Roffé cita 3 tipos de padres, nos situaremos en esa clasificación para ampliarla.
Padres indiferentes: son aquellos que nada saben de sus hijos, que poco se preocupan, que no les preguntan nada, no como estrategia para no presionarlos sino por falta de interés y porque están con la cabeza en sus problemas y/o intereses y/o negocios. Ppreguntar, interesarse por el otro es dar afecto y de eso saben muy poco.
Padres equilibrados: aunque parezca mentira existen...se meten lo justo y necesario. Ni muy muy ni tan tan: el preciado y buscado equilibrio. Padres que se preocupan por sus hijos, no realizan preguntas por la eficacia, padres que confían (no depositan) en los entrenadores de sus hijos. Padres que no exigen ni presionan. Padres que disfrutan yéndolos a ver cada tanto y que son felices de verlo bien al hijo/a y que gracias al deporte, tengan cosas para contar. Acompañan.
Padres sobreprotectores: pesados, invasivos, presionantes. "Tanto que lo quiero, tanto lo aprieto" (y sin querer le quito el aire).
Buscan la simpatía del entrenador, están en todos los detalles, no terminan de confiar en el DT.
¡Invaden, queriendo ayudar!
¡Presionan, queriendo ayudar!
¡Malogran a lo que mas quieren, sin querer queriendo! (pueden venir de padres indiferentes y con tal de no repetir y diferenciarse, se van al otro extremo...)
Siguiendo a Smoll
Padres vociferantes
Padres entrenadores en la banda
Padres hipercríticos
Y nosotros agregamos:
Padres agresivos
Padres exitistas
Guiarlos, descubrir y aprender con él
Ivan Lendl, múltiple campeón de tenis, confiesa algunas cosas muy interesantes respecto de este punto:
"Creo que mis padres se portaron muy bien conmigo cuando me inicié en la vida tenística. Me presentaron este juego como una opción, como una actividad que a ellos les encantaba y que quizás me gustaría a mí también. Cuando empecé a Jugar un poco en serio me animaron a que hiciera lo que pudiese...al principio la mayor parte del apoyo lo colocaba de ellos. Sin embargo, poco a poco fui depositándolo en preparadores y amigos. Mis padres acertaron en dejarme soltar amarras.... Por ejemplo, cuando derroté a mi madre por primera vez, no volvimos a jugar en forma competitiva nunca. En cambio pasé practicando muchas horas mis golpes con ella".
Estas palabras auto-referenciales en el capítulo "Canalizar la presión", hay varias palabras claves:
Opción
Quizás
Animarme
Competencia no
Con ella
Los padres pueden ser una guía y un agente motivador o un agente de presión. Lendl no habla que fue obligado en ningún momento. Sus padres le plantearon el deporte como una opción que luego EL eligió, pudiendo hacer otra cosa.
Con la madre jugaba para divertirse y ese es un aprendizaje por hacer, que requiere transformar el en contra en con.
Para crecer (soltar amarras), también hacen falta padres inteligentes que le den opciones a su hijo/a y que sepan correrse de cierto lugar.
Los niños y adolescentes participan en el deporte por razones relacionadas con el desarrollo de la competencia, la afirmación de las amistades, la mejora de la forma física y la consecución de la diversión. Son los padres y sus "sustitutos", los entrenadores, los que pueden equivocar los objetivos. A ellos hay que sumar los organizadores de las competencias deportivas. Ellos son los agentes motivante y de "socialización". Los que dictaminan el cuando, el cómo, el dónde, con quién, en qué circunstancias y con qué consecuencias empieza el niño o el joven a practicar deporte (J. Feliú).
El Barón de Coubertin ha subrayado que el deporte sería un entorno positivo que contribuirá a la educación social y moral de los jóvenes.
¿Qué puede decirse de la victoria? En deporte es común igualar la noción de éxito a la victoria. Sin embargo en una filosofía en dónde el ganar lo es todo, los deportistas más jóvenes pueden perder oportunidades de desarrollar sus destrezas, disfrutar con la participación y, sobre todo, formarse como personas (Smoll).
Cuando un padre pone a su hijo frente a un deporte a edad temprana, solo él sabe que es lo que quiere: a) fabricar un futuro campeón, induciéndolo desde pequeño, b) que se divierta y disfrute de los amigos, del aprendizaje de las reglas y del sol y el aire libre.
Si la opción es b), puede guiarlo sin saberlo todo, darle la linterna para que intente alumbrar solo, "acompañarlo" en su deseo, compartir y descubrir con él fomentando la calidad de vida y la actividad en común. Después a su tiempo, el hijo/a decidirá si quiere practicar deporte o elegir la posibilidad de ser deportista.
Bibliografía
Roffé M. Giscafré N. y Fenili A. (2003) Mi hijo el campeón. Las presiones de los padres y el entorno. Buenos Aires, Lugar Editorial.
http://www.efdeportes.com/
29.9.08
PSICOLOGIA Y DEPORTE por MARCELO ROFFE
Psicología y deporte
Toda actividad deportiva es básicamente un juego. Especial, pero juego al fin.
Implica movimiento y actitud competitiva, pero juego al fin. Se transforma en
espectáculo, pero no deja de ser juego.
¿Qué significa esto? Que el deporte, sea cual fuere, se sostiene en el deseo y el
placer de los que de alguna forma participan de él: los que se divierten jugando un
partido de fútbol con sus amigos el fin de semana; los que salen a trotar por la
mañana para encarar el día con más entusiasmo; los deportistas profesionales
que compiten una final de un mundial; los niños en el patio de un colegio…cuanto
más se aleje el deporte del juego más lejos está de sí mismo.
El paso del juego al deporte en los niños:
Los niños empiezan a realizar actividades deportivas mayormente por tres
razones:
- Para tener amigos
- Para pasarla bien
- Por deseo de sus padres
El aporte de los padres:
Idealmente los padres deben ser motivadores de la iniciación deportiva de sus
hijos en alguna de las primeras dos maneras: haciéndose más amigos de sus hijos
a través de la practica deportiva y utilizando al deporte para pasarla bien con sus
hijos.
El valor de la ética y el juego limpio
La palabra ética siempre mencionada y no siempre bien aplicada hace referencia,
justamente, a aquellos principios que regirán una actividad y la hacen digna. Una
conducta ética tiene tres componentes básicos:
El compromiso con la tarea.
Los límites que imponen las relaciones.
La aceptación de la reglas del juego.
La ética del deporte está relacionada con la ética de la vida y los principios arriba
mencionados y además con el juego limpio.
Si bien la ética es una cosa y la moral es otra, Albert Camus, filósofo y escritor,
autor del libro “El extranjero”, quien jugaba de golero en su equipo de fútbol en
Argelia, una vez declaró: ”todo lo que sé de moral se lo debo al fútbol”.
Los padres: modelos para armar y para desarmar
(Del libro “Mi hijo el campeón, las presiones de los padres y el entorno”, op.
Cit)
Los niños y los jóvenes deben tener la libertad de encontrarse a si mismos y los
padres debemos ser los garantes y los guardianes de ese camino.
Muchas veces los chicos miran aterrados las caras de sus padres y entrenadores
después de haber cometido un error de juego. Los niños descubren en el gesto de
los mayores el error de ellos y eso los pone mal. No pueden equivocarse
libremente y sin conflicto, como debería ser. El tamiz impiadoso de la mirada del
adulto califica y sentencia. Como consecuencia, el pibe largó o se frustró y no
llegó a lo que el quería.
Tipos de padres en relación a la práctica deportiva de sus hijos.
Indiferentes: son aquellos que nada saben de sus hijos ,que poco se preocupan,
que no les preguntan nada ,no como estrategia para no presionarlos sino por falta
de interés y porque están con la cabeza en sus problemas y/o intereses y/o
negocios. Preguntar ,interesarse por el otro es dar afecto y de eso saben muy
poco.
Equilibrados: aunque parezca mentira existen...se meten lo justo y necesario, ni
muy, muy ni tan, tan: el preciado y buscado equilibrio .Padres que se preocupan
por sus hijos , no realizan preguntas por la eficacia . Padres que confían en los
entrenadores de sus hijos. Padres que no exigen ni presionan. Padres que
disfrutan y van a verlos competir cuando pueden y que son felices de verlo bien y
que gracias al deporte ,tengan cosas para compartir.
Sobreprotectores: pesados, invasivos, presionantes: “tanto que lo quiero, tanto lo
aprieto” (y sin querer le quito el aire). Buscan la simpatía del entrenador , están en
todos los detalles , no terminan de confiar en el DT. Invaden, queriendo ayudar.
Presionan, queriendo colaborar. Malogran a lo que mas quieren, ¡sin querer
queriendo!.
Algunas áreas de orientación para padres:
- Se deben controlar las propias emociones.
- Se debe orientar a la motivación y la mejora de sus hijos.
- Debe mantener dedicación e intereses adecuados
- Debe tener un modelo de autocontrol
- Se debe fomentar el juego limpio y las conductas basadas en la deportividad
Algunas beneficios de realizar deportes en familia:
- El deporte se transforma en la extensión del ‘juego en familia’
- Permite encuentros familiares relajados, tolerantes y maduros
- Brinda momentos de disfrute familiar
- Se mejora la conformación del padre como un referente de sus hijos
- Se promueve el desarrollo de hábitos familiares sanos vinculados a actividades
físicas
Biografía Marcelo Roffé
Marcelo Roffé es Licenciado en Psicología egresado de la
Universidad de Buenos Aires en el año 1990. Además, ha
realizado un Master en Psicología del Deporte y de la Actividad
Física en la UNED-UCM de España. Actualmente está
desarrollando un doctorado en la Universidad de Buenos Aires,
a través de la Facultad de Psicología.
Es autor de cuatro libros sobre desarrollo deportivo, entre los
que destacamos, “Mi Hijo el Campeón” y “Alto Rendimiento”.
Marcelo es Presidente de la Asociación de Psicología del Deporte Argentino
(A.P.D.A.) desde el año 2003 y responsable del área de Psicología del Deporte de
las Selecciones Juveniles de Fútbol de la AFA (Asociación de Fútbol Argentino)
desde el año 2000 (sub 17 y sub 20).
Asimismo, ejerce como Profesor académico en la Universidad de Buenos Aires, en
el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, en la Universidad de Palermo y
en la Universidad de Flores.
10.8.08
9.8.08
TE QUIERO!!!
Wenceslao Bettoni - Te quiero
¿Cuántas veces un padre le dice al hijo “te quiero”? No las suficientes. ¿Y cuántas un entrenador se lo dice a su alumno? Pocas, poquísimas. Aunque una vez sucedió. Me lo contó por estos días un amigo entrenador de divisiones infantiles. Un maestro, de los que no abundan. Él se lo dijo a un pequeño jugador. Los chicos y adolescentes necesitan y demandan cariño, más allá de enseñanzas técnicas y tácticas. Y ellos también devuelven calidez, además de lo que aprendieron sobre el juego. ¡Qué más importante que eso! En fin, el indispensable afecto recíproco entre alumno y profesor, como el de padre e hijo, no hace más que fortalecer los valores humanos y sociales. Y eso seguro se trasuntará en la formación de buenas personas. Qué difícil es decir te quiero. Si hasta suena raro y descolocado en un espacio deportivo. Pero qué necesario es. Es que también es una forma de educar y trasmitir valores.¿Qué simbiosis debe darse en esta relación jerárquica para que esa frase surja con naturalidad? No mucho más que el sentido común y la intención de hacerlo. Apenas el noble sentimiento que debe prevalecer en una comunidad que se respete y quiera superarse. ¡Qué maravilloso es poder y querer decirlo!Me dejó perplejo mi amigo cuando me relató su experiencia. Pero me movilizó y me causó placer saber que sucede. Me sacudió esa pereza de expresiones cariñosas que tanto nos cuesta ofrendar. Nada más fructífero que el afecto en las relaciones humanas. Más si se da entre adultos y niños. Y mucho mejor de profesor a alumno o de entrenador a jugador. Lo siguiente me relató mi amigo DT, un maestro en realidad: “Él se enojó mucho conmigo porque le corregí una jugada. Lo agarré de la mano. ‘Soltame’, me dijo. ‘Por qué siempre me retas a mi y no le decís nada a los demás’. Porque te quiero, le dije. Y no lo solté. Él me pidió perdón... Y se puso a llorar”.
5.8.08
El Comité Olímpico Internacional (COI) está dispuesto a hacer lo que sea para que los próximos Juegos Olímpicos pasen como uno de los más limpios

El Comité Olímpico Internacional (COI) está dispuesto a hacer lo que sea para que los próximos Juegos Olímpicos pasen como uno de los más limpios de la historia. Ya han avisado, para lograrlo podrán hacer más de un control diario a un mismo deportista, sancionarán la mera posesión de cualquier sustancia prohibida y aumentará de cinco a siete los controles después de cada competición.
Una medida, la de analizar a un mismo deportistas varias veces al día, que servirá para desenmascarar el consumo de sustancias de efecto instantáneo. De esta manera, el COI verá incrementados considerablemente el número de controles previstos para las tres semanas de los Juegos, que pasarán de los 3.600 de Atenas'04 a los 4.500 que está previsto realizar en Pekín'08.
13.6.08
NOTA "DIARIO UNO" 13/06/08
13.06.2008 | Ovación | Para jugar limpio
La subcomisión del CAE presentó una campaña para promover los principios del fair play entre sus jugadores.
Salir a la cancha y lucirse con el manejo de la bocha y el stick, dejó de ser el único objetivo manifiesto para la Subcomisión de Hockey sobre Césped de Estudiantes. A partir de este mes los dirigentes de la entidad Albinegra promueven entre sus jugadoras una campaña que denominaron Juego limpio con el deseo de formar buenos deportistas, dentro y fuera de la cancha.
Para cumplir con las metas propuestas la Subcomisión del CAE buscará difundir los valores del deporte, haciendo de la práctica del hockey un ámbito de diversión caracterizado por el respeto, la tolerancia, el esfuerzo honesto, la solidaridad y la educación.
Para explicar el origen de esta movida de concientización, Ovación dialogó con Silvia Campos, secretaria de la Subcomisión de hockey de Estudiantes: “Creemos que la actividad deportiva es importante para educar y para contener a los chicos. Por eso vemos como fundamental inculcar principios y actitudes positivas”, explicó.
La campaña Juego limpio es una iniciativa que surgió en el seno de las deportistas del Albinegro, pero que buscará insertarse en todo el ambiente del hockey sobre césped local y regional: “Invitamos a todos aquellos que practican este deporte y a gente que simplemente esté interesada en fomentar este tipo de forma de sentir la práctica deportiva. Nos pueden escribir a través del blog (caehockeyjuegolimpio.blogspot.com) para hacer actividades conjuntas”.
En esta primera etapa de la campaña, las promotoras comenzaron a trabajar con los planteles del CAE en los entrenamientos: “Entre los tres puntales que nos planteamos como destinatarios de esta iniciativa los más importantes son nuestros jugadores, con los que trabajamos en las prácticas y también la difusión cuando vienen equipos de otras ciudades a visitarnos”.
Pero la campaña Juego limpio está dirigida también a los adultos: “Tenemos contacto con los padres, compartimos artículos para que ellos comprendan el sentido del juego limpio y nos ayuden en la tarea desde sus casas. Además está destinada a los entrenadores y dirigentes para que todos apliquemos en nuestra tarea todos esos principios fundamentales para el fair play”.
FUENTE: “DIARIO UNO” 13/06/08
Para ver la noticia: http://www.unoentrerios.com.ar/?mod=ampliar&id=46341
FESTEJAMOS CON LOS PAPIS
11.6.08
FELIZ DIA PAPÁS!!!

Para comenzar a festejar el día del padre invitamos a todos los papis de la 8va.; 9na. y 10ma. categoría a que acompañen a sus niñas a entrenamiento el día jueves 12/06 Los mismos se harán en los horarios y lugares habituales.
Los esperamos con ropa deportiva y las jugadoras deben llevar una merienda para compartir.
Aclaración: ese día habrá servicio de trasnporte con normalidad.
9.6.08
Fair play: ¿Y si jugamos limpio?
Fuente: REVISTA LA NACION - Domingo 17 de febrero de 2008 | Publicado en la Edición impresa
Fair play: ¿Y si jugamos limpio?
Ser el mejor, ganar a cualquier precio, cumplir el deseo de los padres... En un mundo donde el éxito y el fracaso suelen aparecer como únicos parámetros deportivos, ¿es posible educar a las nuevas generaciones en el respeto por el otro, dentro y fuera de la cancha? En esta nota, ideas para entender la importancia de jugar...por jugar
- ¿Quién te pide que ganes?
- –Mi papá. Cuando me critica algo, le contesto que yo sé qué hacer dentro de la cancha, que las órdenes las pone el profe y no él. Yo soy el jugador, no él.
El que habla es Francisco Puentes, Pancho para los amigos, el chico que en 2004 se consagró campeón argentino en la categoría infantiles A de mountain bike y con sólo 12 años decidió dejarlo todo. “Me cansé, por eso dejé la bici, ya no lo pasaba bien y por eso me puse los botines –cuenta frente a sus compañeros de equipo del colegio jujeño Del Salvador, con el que ganó el torneo intercolegial de la Copa Coca-Cola–. Ahora quiere que gane siempre en la cancha.”
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¿Jugamos para divertirnos o jugamos para ganar? Es la pregunta que el licenciado Alfredo Fenili, especialista en psicología del deporte, toma como punto de partida para hablar de la relación de los chicos con el deporte y la actividad física. “Todos somos competitivos, la competencia es inherente al ser humano, es parte del deporte y de la vida –destaca–. El problema aparece cuando la competencia comienza a ocupar un lugar que no corresponde. Yo lo llamo el modelo del campeonismo, donde lo único que vale es ser el primero; es el modelo actual, el que hace que sólo nos fijemos en los campeones, en el éxito. Ganar no es lo más importante sino lo único, el resto no existe.”
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Todos quieren ser Messi, Nalbandian, Ginóbili, Pichot, ser número uno, ocupar las tapas de las revistas y aumentar los ceros de la cuenta bancaria. “Los jugadores pasaron a ser estrellas de rock”, analiza Hugo Tocalli, ex director técnico de la selección nacional sub 20 de fútbol y actual entrenador de Vélez Sarsfield. “No debemos olvidarnos de la cantidad de chicos que no llegan a jugar profesionalmente y deben cargar con la frustración que hace que no puedan desarrollarse como personas. Con Pekerman –con quien Tocalli compartió el cuerpo técnico de los seleccionados nacionales– hemos visto muchos casos, demasiados.”
Cuando a un chico se le exige más de lo que puede dar se lo está presionando y de esa manera no se le está permitiendo disfrutar. Tampoco se le da la oportunidad de descubrir en el deporte una posibilidad de expresión. “En definitiva los deportes cultivan los valores para la vida”, destaca Hugo Norberto Masci, presidente honorario y una de las cabezas fundadoras del Club de Amigos. ¿De qué valores hablamos? “Los modelos y los valores que reciben los chicos son los que ven en la televisión, en los estadios, en los medios –analiza Fenili–. Y qué es lo que ven, lo que reciben, lo que avalamos como sociedad: partidos dramáticos como si ganar o perder fueran una cuestión de vida o muerte, jugadores que hacen trampa, violencia dentro y fuera de la cancha. Seamos sinceros, siempre realzamos la supuesta viveza criolla.” ¿Será la misma viveza que hace que aplaudamos orgullosos el gol con la mano que Maradona hizo a la selección de Inglaterra en el Mundial de 1986?
“Cuando veo que se pelean los jugadores, los hinchas, me pregunto por qué. En casa lo hablamos mucho”, dice Nicolás Podjarny. Nico tiene 9 años y desde los 2 es socio del Club de Amigos. “Hago fútbol y natación.”
¿Resulta extraño hablar de juego limpio y poco frecuente encontrar equipos o jugadores que brillen por su fair play? “Jugar limpio es jugar sin hacer cosas que perjudiquen al otro con tal de ganar –explica Sofía Podjarny (13)–. Es seguir las reglas y respetar al otro.”
“El rival no es un enemigo”, agrega Florencia Díaz Arena (12). “A veces se gana, otra se pierde. –afirma Lucio Subellun (9)– A mí me gusta ganar, pero no se puede siempre.”
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Jugar limpio es respetar el reglamento y al rival, porque sí importa cómo se gane. “Porque ganar numéricamente como necesidad absoluta va en contra del espíritu del juego limpio”, señala Cacho Vigil, ex director técnico de la selección nacional de hockey femenino y actual entrenador de los varones. “No sacar ventaja de esas «habilidades» creadas por el jugador –agrega Fenili–, como la de tirarse al piso y hacerte el muerto para pedir la amarilla o la expulsión del adversario. La viveza criolla se ensalza, los entrenadores suelen decirles a los chicos: «Pibe usted tiene que ser vivo quédese en el piso, no se levante». Tampoco le vas a pedir que se inmole, pero sí que juegue con las reglas.”
Por suerte uno encuentra casos que sirven de ejemplo, como la gloriosa tradición de los Sub 20 nacionales de Perkerman y Tocalli, en quedarse con el Premio Fair Play o la actitud del ex número 1 del tenis Andy Roddick, en el Masters Series de Roma de 2005, donde dio bueno un punto que el juez había dado por malo, que lo beneficiaba y con el que hubiese ganado un match. Noble actitud similar a la que Guillermo Vilas tuvo con José Luis Clerc en la final de Madrid de 1980 (ver aparte).
“Todo parece importar demasiado –dice Patricio Subellun (12)–, pasa en todos lados.” “Yo me pregunto por qué sigue pasando –reflexiona Florencia–, lo ves en la escuela, en la tele. Pasa con muchos deportes, se arreglan partidos, hay mucha plata en el medio, se juega como... si fuera la última vez.” “Si no ganan seguido, los técnicos se quedan afuera, ¿no?”, pregunta Patricio.
Mi hijo el campeón
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Los medios juegan un papel fundamental en esta vorágine y la confesión de Osvaldo Coloccini, ex jugador y padre orgulloso de Fabricio (juega Deportivo La Coruña, en España). Lo pone al descubierto: “Ni en toda mi carrera de jugador tuve tanta prensa como la que consiguió mi hijo en un solo partido.”
El modelo del campeonismo, del éxito y por sobre todo de la fama está presente en los campos de juego. No importan el club, la categoría ni la disciplina, desde las tribunas se oyen los gritos de padres, madres y técnicos. ¿Alentando? No, exigiendo hasta lo imposible y marcando los “supuestos errores” de los chicos. “Estamos hablando de una cuestión social, de un reflejo que llega de la televisión, de las revistas, de los diarios –comenta Fenili, coautor del libro Mi hijo el campeón–. El mayor problema es que las miserias del deporte profesional se trasladaron al deporte infantil. Entonces, es frecuente encontrar chicos que sienten que no pueden equivocarse libremente y sin conflicto. La mirada del adulto suele calificar y sentenciar.”
El placer, el disfrute del juego, parecen términos caídos en desuso. “Con Pekerman siempre hablábamos con los chicos de la importancia de disfrutar del juego, porque eso debe ser lo más importante para los pibes. Hoy en cambio –enfatiza Tocalli–, están más atentos a esa sensación de demostrar, de que todos los miran, porque siempre se está en la búsqueda de un nuevo crack. Es una gran responsabilidad y nada tiene que ver con el deporte sino con la vorágine del momento que nos toca vivir.”
Un gran negocio, el deporte es una puerta por la que se puede acceder al éxito y ganar fortunas. “En 1985 estaba viendo por tevé la victoria de la rumana Virginia Ruzici y vi un cheque por una cantidad enorme. Ahí dije: «Mis hijas deben jugar a esto. Hay mucho dinero»”, confesó Richard, padre de Serena y Venus Williams, las hermanas maravilla del tenis, que llenaron de dinero las arcas de papá, ex guardia de seguridad y empleado de limpieza.
“Nos salvamos. El pibe es un Maradona”, la frase se repite una y otra vez porque la mayoría de los padres creen tener en su casa a un jugador talentoso que los “salvará”. “Los chicos son usados porque el fútbol es una picadora de carne.” La frase pertenece a José María Aguilar, presidente de River Plate. Pareciera no haber límites, en los últimos años los “reclutadores” recorren las canchas de todo el país en busca de jóvenes talentos, chicos cada vez más chicos, de 9 o 10 años, que son tentados por importantes clubes europeos. “La crisis económica por la que atraviesa la Argentina empuja a que esto ocurra. No tienen escapatoria –dice Ramón Maddoni, director general del fútbol infantil de Boca–. Padres que no tienen trabajo buscan la manera de poder salvarse con una entrada de dinero que acá no pueden lograr y sí afuera.” Una tendencia que se repite en países de América latina y Africa. Los chicos llegan a Europa atraídos por contratos millonarios y en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) ya se piensa de qué manera evitar que se lleven a los chicos de los clubes locales.
“Por todo esto uno es testigo de competencias salvajes en las categorías infantiles, padres que no colaboran para que esto se dé de manera diferente, los entrenadores que les piden a los chicos lo mismo que a los grandes –dice Fenili–. Hay chicos que entran en un club y ya están hablando: «Este a los 20 años va a ser un Messi, un Ginóbili, un Federer». Una visión terrible.”
“...Espero volver en el futuro y no defraudar a los que están conmigo. Voy a volver. Sobrellevé la muerte de mi tío, la de Matías (Sosa Salvador, su mejor amigo), la de mi abuelo, que pasó mientras jugaba un torneo. Pero estoy pensando sólo en eso. Voy a volver porque tengo unos h… enormes. Gracias y perdón por todo esto”. Confesó Guillermo Coria, con lágrimas,en la conferencia que brindó el 6 de junio 2004 luego de perder Roland Garros frente a Gastón Gaudio. El Mago desnudó su mayor frustración: “Defraudé a mi familia”, dijo, ante la mirada de su padre y ex entrenador. “Fui el profesor de Guillermo hasta los 12 años; de ahí dejé de tener una relación tenística con él y pasé a tener relación de padre”, declaró en varias oportunidades Oscar “Cacho” Coria, el papá del tenista que llegó a ser número tres del mundo y que hoy le pide que se retire del tenis.
“Siempre les digo a los padres que necesito papás que construyan, no que destruyan –cuenta Marcelo Ramón Juárez, el director técnico del equipo del colegio Del Salvador, de Jujuy, ganador de la Copa Coca-Cola 2006, el torneo intercolegial para chicos de entre 13 y 15 años que promueve el juego limpio–. Tratamos de no darle oportunidad de opinar, porque saben que hay un entrenador, un equipo que trabaja con los chicos. A veces resulta imposible. Le pasó a Manuel (Quintana): en el medio de la semifinal se paró para contestarle al padre, que estaba dándole permanentemente indicaciones.”
Cero boliya, dicen así, arrastrando la ye al mismo tiempo los pibes del colegio. “Capaz vos le decís, le hablás y no lo entiende –cuenta Eugenio Gallardo Rosas, uno de los chicos que integra el equipo Del Salvador–. Lo hablé y otros también, pero van a la cancha y te siguen gritando, te siguen presionando, por eso decidí no darles importancia, porque no sólo te dicen cosas en la cancha, también en casa hablan, opinan.”
“En el mismo instante en que los hijos compiten, no importa en qué deporte, se puede ver las peores cualidades de los padres –lamenta el psicólogo deportivo Darrell Burnett–. El deporte juvenil era el único reducto de auténtica deportividad, pero eso ya ha pasado a la historia. Si los niños no se divierten, se está perdiendo la esencia deportiva.”
Filosofía de vida
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“El hombre y el deporte, una amistad que nace en la niñez y perdura en el tiempo”, dice un cartel colgado en el gimnasio principal del Club de Amigos, un fiel reflejo del espíritu con el que trabaja el centro de iniciación deportiva que se especializa en niños. “El deporte como filosofía de vida, ese es el terreno en el que trabajamos –asegura Masci, presidente honorario del Club de Amigos–, porque el deporte en los niños da la oportunidad de desarrollo y maduración, no sólo física sino también mental y emocional.”
El deporte como un espacio de formación y recreación, en el que los chicos se encuentren cómodos y contentos. “Una de las principales causas de deserción y de decepción deportiva es la presión temprana que reciben los chicos –comenta Alfredo Fenili, que en la actualidad trabaja en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), en el área de capacitación–. Es frecuente encontrar pibes que a los 13 años, después de jugar 6, 7 años en divisiones infantiles con tanta presión, se sienten como veteranos. Es en ese momento cuando dicen basta y dejan para siempre el deporte.”
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Orgulloso, el director técnico Marcelo Ramón Juárez dice sentirse orgulloso no sólo por haber conseguido en 2006 la Copa Coca-Cola, sino por haber logrado con los chicos de Del Salvador el premio Fair Play. “Buscamos formar un equipo que pueda trabajar en grupo, que los que están en la cancha se lleven bien, si es posible que sean amigos. Es necesario que se apoyen el uno al otro, que sean solidarios, y eso lo conseguimos. Considero importante que se premie este accionar para que sirva de ejemplo.”
Como a Guillermo y Gustavo Barros Schelotto, a Ramiro y a Santiago Lozano (15) también les tocó compartir la cancha y consagrarse en el equipo del colegio Del Salvador. “Hay cosas que en el fútbol no van a cambiar demasiado –piensa en voz alta Ramiro–, como la hinchada. Quizá le podes hacer entender la mala presión que generan. Sé que es parte de la esencia del fútbol argentino, pero se puede cambiar. Lo que pasa en las tribunas nos afecta a todos.”
El deporte debe integrarse a nuestra vida, desde el lugar del juego, del placer y la salud. “Para nosotros, que un adulto diga que aprendió a amar el deporte y que practica tenis con sus amigos los fines de semanas es genial –confiesa Masci, voz del club por el que pasan más de nueve mil pibes por año–. La vivencia del deporte no es reemplazada por nada. Hay que volver a ensalzar la importancia de la práctica del deporte recreativo, que no requiere de ningún motivo especial, simplemente desear hacerlo, que sea divertido y placentero.”
“Mis papás siempre nos dijeron a mí y a mi hermano que es bueno hacer deporte, que es la mejor manera de cuidarnos. Nos exigen que hagamos algo, lo que más nos guste”, asegura Sofía. “Me divierto en el club –aclara Nicolás–. Estoy con mis amigos, juego, hago lo que me gusta.”
Por Fabiana Scherer